Tras tres noches y dos días y medio en Irlanda puedo decir que las cosas marchan. Las rutas en coche me las he aprendido en tiempo récord y las niñas no han tenido más remedio que acostumbrarse a mí en el mismo tiempo.
Tengo que decir que, por el momento he tenido suerte, los niños al fin y al cabo son niños: lloran, se encaprichan, no les gustan los planes que tienes para ellos… Pero los padres al final son los importantes, con los que tienes que congeniar e intentar tener una buena relación, y parece que de momento la cosa marcha.
En cuanto a lo de conducir por la izquierda… mejor hago una entrada la semana que viene, pero voy adelantando que el primer día que me tocó coger el coche pensé que no iba a salir viva y que tendría que volver a España del miedo que pasó la pobre señora de la casa.
En fin… En teoría es mi primer día libre, pero solo en teoría, porque aún me estoy acostumbrando a ellos y creo que es mejor pasar el fin de semana en familia. El lunes empieza mi aventura en solitario.
Hablamos pronto,
RCA